Emplazado a metros de la Basílica, con excelente ubicación, es un hotel de estructura antigua (muy deteriorada por fuera, faltan tareas de mantenimiento) remodelado por dentro con detalles de confort y buen gusto.
A destacar la amable atención y excelente predisposición del personal del lobby en todo momento.
La habitación en que nos hospedamos (ejecutiva) era amplia y elegante, tenía una cama king muy cómoda con blanquería de calidad. El baño está a nuevo, linda grifería, buena presión de agua y excelente limpieza en general. Notamos algunos detalles que requieren mantenimiento como pintura de zócalos (roídos por humedad presumiblemente) y algunos toldos descosidos.
El desayuno es muy completo y está bien servido y atendido.
Nuestra estadía fue muy buena en general, no obstante lo cual señalamos dos puntos negativos a corregir para mejorar la experiencia de los huéspedes:
1. No posee estacionamiento. El hotel podría conseguir un permiso municipal para que los huéspedes estacionen en la rotonda frente al hotel, o realizar algún convenio con un estacionamiento cercano. La zona de alrededores no resulta suficientemente segura para dejarlo en la calle.
2. La enorme contra de su buena ubicación: la zona es muy ruidosa (circulación continua de motos y vehículos), lo que impide el descanso nocturno. Si bien es una circunstancia ajena al hotel, podrían mejorarlo realizando tareas de insonorización de ventanales colocando doble vidrio y aislantes.