Cuando llegamos no tenían nuestra reservación, apenas pudieron acomodarnos porque estaba todo lleno.
El cuarto estaba en muy mal estado. Habían demasiada humedad porque las ventanas no se abren y hongos en las paredes, el olor a cigarro encerrado (nuestra habitación era de no fumar). El aparato del aire acondicionado estaba mal puesto, por lo que había un hoyo en la pared y el ruido era insoportable, había un bar a un lado con música muy fuerte en lunes y el ruido de las habitaciones no está aislado, mucho bullicio a altas horas de la noche. No pudimos dormir.
La regadera debe medir apenas medio metro y no tiene agua caliente. La taza del baño estaba mal colocada. Había un puro a medio fumar en la ventana. El desayuno más o menos, no muy basto.
Recomiendo, definitivamente, hospedarse en casas particulares. Los hoteles Isla Azul me decepcionaron mucho.